Cuando tengo intención de cocinar un alimento congelado, lo que hago habitualmente es sacar ese producto del cajón y subirlo a la nevera, dejando que allí se descongele lentamente, y en unas 24 horas está perfecto para ser cocinado. Si voy mal de tiempo, lo saco a temperatura ambiente y entonces el proceso se reduce a tres o cuatro horas.
A las malas, también puedo utilizar el microondas para descongelarlo en unos minutos, aunque en ese caso el proceso cocina algunas partes, especialmente las de los extremos. Por eso me encanta esta técnica para cocinar directamente el salmón congelado, un truco que llevo a la práctica con frecuencia y que os cuento inmediatamente.
Tamaño ideal de las raciones
Cortar un lomo de salmón para su mejor aprovechamiento, os recomiendo utilizar la parte central para cortar de ahí los lomos o tacos/lingotes. Lo ideal para esta forma de cocinar el salmón es cortar porciones rectangulares de unos 8 a 10 cm de largo, aproximadamente 3 cm de lado y el alto que tenga el salmón que será más o menos de unos 2 cm a 3 si son de la parte más alta. Este tamaño de lingotes es perfecto para servir como ración y es perfecto para ser cocinado en el horno, incluso partiendo de congelado como ahora veréis.
El horno
Debemos precalentar el horno a 220ºC y dejarlo en esa temperatura durante al menos 10 minutos para así conseguir una temperatura intensa en su interior cuando vayamos a cocinar el salmón. Se trata de conseguir que el centro o corazón de cada lingote alcance una temperatura de seguridad para saber que está bien cocinado. Tendremos que cocinar el salmón un total de 12 minutos, suficientes para que el pescado alcance unos 58-60 grados en su interior. (A continuación os explico cómo hacer esta técnica que tiene dos fases.)
b) El papel aluminio o papel de plata
Para conseguir un efecto vapor, la primera fase de la cocción del salmón congelado la haremos cubriendo el pescado con una capa de papel aluminio fuerte o grueso, -o dos capas del habitual de casa-. En esta primera fase se libera la humedad del pescado congelado gracias a la cocción al vapor. Dejad que el salmón se cocine en ese «papillote» durante 5 minutos. El efecto es un salmón suave y blandito.
Para la segunda fase, retiramos el papel aluminio, salpimentamos y dejamos que el horno ase el pescado, secando el exceso de humedad -parte será reabsorbida por el pescado quedando así bien jugoso- y produciendo la caramelización de parte de la salsa, dando a nuestro plato un aspecto apetecible. Esta segunda fase de asado en el horno, durará otros 6 a 7 minutos dependiendo del tamaño de los lingotes.
c) La salsa para el salmón
Podemos utilizar cualquier salsa que nos guste para el pescado, como la mayonesa, la mayopesto que tenéis en la foto o hacer una mezcla que nos guste para la ocasión. Os sugiero una mezcla de mostaza y miel, añadiendo si queréis copos de guindilla, ajo y cebolla crujiente. El sabor es realmente delicioso, pero, como ya os decía, podéis utilizar cualquier otra salsa que sea susceptible de pasar por el horno.
Con qué acompañar el salmón congelado que hemos cocinado en el horno
Si optamos por los acompañamientos clásicos los más habituales son el arroz blanco, las patatas cocidas o una ensalada de hojas verdes. Cualquiera de estas guarniciones resulta perfecta para acompañar el delicioso salmón con salsa asado, que tendremos listo, del congelador a la mesa en menos de 30 minutos.
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